Elida Picota de Tapia
- Oct 28, 2020
- 4 min read

Lo que nadie te dice de “INFIDELIDAD” en la Pareja

Sus componentes fundamentales incluyen:

experiencias (sexuales o afectivas) fuera del matrimonio o unión formal
pérdida de la exclusividad
implica una exclusión de un miembro de la pareja
son sexuales y/o emocionales
son secretas

En nuestro trabajo clínico, como psicólogos formados para tratar problemas de familia y de pareja, nos encontramos frecuentemente con parejas que consultan por problemas de infidelidad, buscando ayuda para superar los impactos que ésta ha producido en la relación. Para esto, es necesario un claro reconocimiento de la situación y clara conciencia del daño que provoca y que, en muchas ocasiones, sin ayuda idónea, no son posibles de reparar.

Se necesita que ambos miembros de la relación quieran trabajar en volver a reconectar el uno con el otro. Es un trabajo arduo, que exige esfuerzo, amor y disposición para volver a confiar; pero que abre la posibilidad de reconstruir lazos de intimidad, confianza y bienestar.

Es muy común escuchar a nivel popular, afirmaciones cómo: “todos los hombres son infieles”, “echar una canita al aire” es normal en todos los hombres, “en todas las familias hay hombres infieles” etc. Pareciera que es un problema de los hombres, como si vinieran cableados para ser infieles.

Hoy día, los estudios muestran que estas afirmaciones son parte de los grandes mitos que tenemos sobre la infidelidad y que han contribuido a normalizarla dentro del ciclo evolutivo de la relación.

Pero ¿qué es lo que no se dice comúnmente sobre la infidelidad?

Sea cual sea la causa de la infidelidad, el efecto siempre es el mismo: sufrimiento, heridas, angustias, decepción, y la inquietante pregunta de qué hacer después de descubierta.
La infidelidad conlleva mentir y normalmente una mentira lleva a otra, para dar credibilidad a la anterior, constituyéndose en una ola de mentiras, difícil de detener.
La infidelidad puede superarse y, generalmente, lo logran quienes lo hablan con honestidad y se esfuerzan en lograr reconectar la pareja, más que condenar por siempre al infiel.
La infidelidad no significa necesariamente que no hay amor; la misma se da tanto en parejas donde ya no hay afecto, como en las que aún hay amor".
En muchas relaciones se logra superar la infidelidad, pero en general estas historias de éxito no se revelan, se quedan en la intimidad de la pareja que puede volver a reconectar y ser feliz.
Uno de los errores más comunes en las parejas es atribuir la infidelidad a las dificultades o problemas del otro. Todas las parejas tienen problemas e incluso crisis en momentos de su historia. Lo importante es saber manejarlos o superarlos sin recurrir a una infidelidad.
Muchas veces el involucrarse en una relación extramarital, tiene más que ver con los límites personales que con el amor por la pareja y/o sus dificultades.
Con frecuencia, la infidelidad surge de la insatisfacción personal, fruto de miedos, inseguridades, baja autoestima, problemas de apego del infiel, que son muchas veces previos a la relación de pareja.
Experiencias traumáticas de índole sexual pueden influir, aún a nivel inconsciente en cometer una infidelidad. Apegos inseguros, maltrato físico o sexual, pueden afectar nuestra auto imagen, nuestra visión del mundo y la capacidad de establecer relaciones sanas y comprometidas.
La infidelidad trae pérdidas tanto para el infiel, como para la pareja herida, por lo que no podemos desconocer que hay un duelo, que pasa por etapas de negación, rabia, depresión, negociación y finalmente cuando es posible, perdón
Creer que una infidelidad puede salvar la relación es uno de los mitos más utilizado para justificar la infidelidad. ¿Es posible imaginar que la persona herida sentirá que la infidelidad es lo mejor que le ha podido ocurrir? No nos equivoquemos, ser infiel supone tirar por la borda el compromiso, la confianza... y hasta el amor. Una infidelidad nunca puede salvar a un matrimonio.
La afirmación que los hombres son más infieles era el caso en el pasado; pero actualmente estudios afirman que las mujeres son tan infieles como los hombres, y por las mismas razones que ellos.
La mayoría de los hombres infieles ven la infidelidad como una gran oportunidad de bajo compromiso y de carácter preferentemente accidental o de tipo conquista, centradas básicamente en el sexo, mientras las mujeres se involucran más en relaciones extramaritales de carácter emocional.
En muchas ocasiones, la infidelidad inicia por una amistad con quien logramos niveles de comunicación más profundos, íntimos y cómplices que con nuestra pareja
La infidelidad emocional, aún sin sexo, está definida por conexiones profundas y apasionadas entre personas que, con frecuencia al inicio, no se dan cuenta que han cruzado el límite de la amistad. Algunos estudios señalan que más del 80% de las personas infieles se han comprometido con alguien que era “solo amigo/a”
Algunas personas consideran que “si nadie se entera”, “si no vuelve a ver a la otra persona” o “no significó nada especial”, entonces esa infidelidad no cuenta. Sin embargo, las buenas relaciones se basan en la admiración y el respeto mutuo no en traicionar secretamente a la pareja y subestimarla.
El aumento de la infidelidad en la etapa en que se pasa de la adultez a la vejez tiene mucho que ver con la dificultad de aceptar y adaptarse internamente al paso a la etapa de la vejez. Fundamentalmente los hombres, no saben cómo manejar las emociones negativas que surgen de dejar atrás su etapa más viril, de potencia sexual, y tienden a buscar comprobación de que esto aún es posible de mantener.
La infidelidad es una decisión del infiel y por tanto de su entera responsabilidad.